La
carretera es el desarrollo de la región, es lo que manifiesta el
actual gobierno, sin embargo ¿a quien beneficia realmente esta
carretera?. A nuestro parecer la carretera que pretende cruzar el TIPNIS no es sinónimo de desarrollo
como lo propone el gobierno, porque es un desarrollo destructivista
que enriquece a un grupo pequeño de personas, empobrece al resto de la
población, destruye la cultura de pueblos indígenas y la naturaleza.
Antes
de trazar y construir caminos, en especial dentro de un Parque
Nacional, poniendo como pretexto un supuesto desarrollo y dejando de
lado el “vivir bien”, debemos leer, entender y respetar la Constitución
Política del Estado Plurinacional de Bolivia y las Leyes que protegen
al medio ambiente y a los pueblos indígenas. Es por esto, que no se
entiende porque el gobierno actual decide violar estas leyes imponiendo
un proyecto elaborado para resguardar intereses extranjeros como es del
IIRSA (Iniciativa de la Infraestructura Regional Sudamericana) y
poniendo como pretexto la integración del país.
Es desde el 2010 que los pueblos indígenas Mojeño, Yuracaré y Chimán NO ESTAN DEACUERDO CON LA CONSTRUCCION DE LA CARRETERA QUE PASA POR EL CORAZÓN DEL TIPNIS, entonces ¿porque el gobierno se empeña en continuar con la construcción de esta carretera? y continúa buscando formas de desprestigiarlos sin conocer su forma de vida. Deberíamos agradecer que todavía existan en Bolivia, pueblos indígenas que luchan por la Madre Tierra. El TIPNIS además sigue siendo un Parque Nacional y el reglamento de áreas protegidas prohíbe la construcción de cualquier infraestructura dentro de un Área protegida bajo esta categoría.
La
lucha por el NO A LA CARRETERA es apoyada también por varios grupos de
personas en La Paz, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz, y algunos con
propuestas de carreteras alternas, pero tampoco son tomados en cuenta
por el gobierno ¿Pero porque es tan importante el TIPNIS?. El TIPNIS
aunque no cuenta con estudios detallados e integrales sobre su riqueza
biológica, se conoce sobre su alta biodiversidad, y si se concretiza
esta carretera afectaríamos a la biodiversidad de una manera sin
precedentes como se ha visto aquí (por ejemplo en la carretera
Cotapata-Santa Barbara) y en otros países (Brasil).
Es que la destrucción de estos bosques no ocurrirá al momento de la construcción de la carretera, la destrucción ocurrirá al pasar los años. La carretera, al dividir los bosques, altera su normal funcionamiento con consecuencias negativas que son difíciles de cuantificar. Algunas de estas predicciones negativas incluyen, la fragmentación y reducción en el tiempo de los bosques, alteración de los procesos ecológicos del ecosistema, perturbación del hábitat de las especies y pérdida de especies de flora y fauna únicas. La carretera además es una barrera artificial para algunas especies, haciendo que sus poblaciones no interactúen, que estén aisladas y que con el tiempo desaparezcan. Esto es preocupante especialmente para aquellas especies en peligro de extinción como la Paba Pauxi unicornis.
Es más se causaría una alta deforestación porque la carretera es una puerta abierta que permitiría el ingreso de empresas madereras, el incremento de cultivos de coca y la exploración petrolera. La carretera con el tiempo causaría que El TIPNIS ya no cumpla su función de conservación de la biodiversidad y se arriesgaría la seguridad alimentaria de los pueblos indígenas que hacen uso del bosque.
Entonces si es este el panorama futuro, la pregunta es ¿Cómo se logra mitigar los impactos socio-ambientales a largo plazo si no se conoce bien el funcionamiento de los bosques dentro el TIPNIS, ni se toma en cuenta la forma de desarrollo que los pueblos indígenas perciben? Para ver experiencias previas recordemos las acciones de mitigación del Corredor Santa Cruz-Puerto Suárez.
¿Cómo
se puede hablar de proteger la Madre Tierra o Pachamama, si se
pretende destruir uno de los pocos bosques bien conservados que aún
quedan en Bolivia? ¿Vale la pena construir esta carretera sin siquiera
conocer el valor real de este bosque?
Donde quedó el discurso: “Derecho a que ningún ecosistema, ninguna especie animal o vegetal, ningún río o lago será eliminado o exterminado por acción de los seres humanos” (E. Morales - Decálogo 2008).
En
este contexto, consideramos que si queremos un verdadero desarrollo
con el cual aseguremos nuestro bienestar y el de las futuras
generaciones, el Estado esta en la obligación de elaborar y ejecutar
proyectos amigables con la madre tierra, respetando la cultura de las
poblaciones bolivianas, respetando las leyes; y no con proyectos que
más parecen un desarrollo neoliberal, del cual estamos completamente en
contra.
VIVA EL TERRITORIO INDIGENA Y PARQUE NACIONAL ISIBORO SECURE (TIPNIS)!
Publicado: 6/9/2011
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