Entendiendo la Lluvia en los Bosques lluviosos
Durante mucho tiempo (léase: milenios), la conexión entre las zonas boscosas y los ciclos del agua se ha centrado en la mitigación de inundaciones, la regulación de la escorrentía, y otros servicios de los ecosistemas locales. Ahora, sin embargo, hay cada vez más pruebas de que los bosques - y, posteriormente, la deforestación - puede tener efectos sobre los ciclos globales del agua.Un reciente articulo, en el Economista, exploro la conexión entre la deforestación en los bosques lluviosos de Sud América y la sequía en paises de Brasil a los US.
Según el artículo, la disminución de la evapotranspiración que ocurre cuando vastas áreas de los bosques lluviosos son deforestados resulta en una menor precipitación a favor del viento. Esto tiene consecuencias nefastas para los lugares que dependen del transporte de aire húmedo de la cuenca del Amazonas para traer la lluvia. Cada vez es más evidente que no sólo podría continuar la deforestación a gran escala en el Amazonas y resultando una precipitación disminuida en las Américas, sino que también puede afectar los patrones climáticos globales.
El artículo en el Economista discute una teoría nueva y controvertida propuesta por dos científicos rusos, que postularon que los bosques, a través de su participación en los ciclos de condensación y precipitación, en realidad pueden ser el principal determinante de los patrones de viento.
Esto desafía la antigua creencia de que la temperatura lleva los vientos. La teoría utiliza esta proposición contenciosa para explicar la observación de que la deforestación en las zonas costeras a menudo resulta en la sequía de tierra más adentro, alegando que los bosques actúan como "bombas" bióticas que transportan humedad hacia el interior de los océanos y otras masas de agua.
Mientras que la teoría discutida en el artículo aún no ha sido ampliamente aceptada por la comunidad científica, se destacan (como lo hace el propio artículo) la interconexión de las crisis ambientales que enfrentamos hoy en día. Teniendo en cuenta la relación entre la deforestación y la sequía, es un ejemplo perfecto de por qué nosotros, como comunidad global no podemos continuar discutiendo la destrucción ecológica como una serie de problemas desglosados ni seguir creando políticas inconexas para hacerles frente.
Fragmento traducido de: by Katie Horner | 10.7.2010
http://blogs.ei.columbia.edu/2010/10/07/7458/
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