Durante un debate en una universidad estadounidense, el 23
de octubre del 2000, el exgobernador del Distrito Federal y actual
ministro de Educación de Brasil, Cristóvão Buarque, fue interrogado
sobre qué pensaba de la internacionalización de la Amazonia, una tesis
sostenida por los círculos de poder de Washington. El joven que hizo la
pregunta dijo que esperaba la respuesta de un humanista y no la de un
brasileño. Esta fue la respuesta de Cristóvão Buarque:
"De
hecho, como brasileño yo simplemente estoy en contra la
internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no
tengan el debido cuidado con este patrimonio, la Amazonia es nuestra.
Ahora, como humanista, sabiendo del riesgo de degradación ambiental que
sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también
de todo lo demás que tiene importancia para la Humanidad.
Si la
Amazonia, desde el punto de vista de una ética humanista, debe ser
internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo
del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la
Humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los
dueños de las reservas se sienten en el derecho de aumentar o disminuir
la extracción de petróleo y de subir o no su precio. De la misma forma,
el capital financiero de los países ricos debería ser
internacionalizado.
Si la Amazonia es una reserva para todos los
seres humanos, ella no puede ser quemada por la voluntad de un
propietario o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el
desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores
globales. No podemos dejar que las reservas financieras sirvan para
quemar países enteros en medio de la especulación.
Antes que la
Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de todos los grandes
museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer apenas a Francia. Cada
museo del mundo es el guardián de las más bellas piezas producidas por
el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como el
patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el gusto de
un propietario o de un país. No hace mucho, un millonario japonés
decidió enterrar su cuerpo con un cuadro de un gran maestro. Antes que
eso, aquel cuadro debería haber sido internacionalizado.
Durante
este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Forum del
Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para
asistir por restricciones en la frontera de los EE.UU. Por eso yo pienso
que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser
internacionalizada. Por lo menos Manhattan debería pertenecer a toda la
Humanidad. También París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro,
Brasilia, Recife... Cada ciudad del mundo, con su belleza específica, su
historia, debería pertenecer al mundo entero.
Si los EE.UU.
quieren internacionalizar la Amazonia, por el riesgo de dejarla en las
manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales
nucleares de los EE.UU. Ellos ya demostraron que son capaces de usar
esas armas, provocando una destrucción millares de veces mayor que las
lamentables quemazones hechas en las florestas del Brasil.
En los
debates los actuales candidatos a la presidencia de los EE.UU. han
defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo
como canje de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que
cada niño del mundo tenga posibilidad de comer y de ir a la escuela.
Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos -no importando el
país donde nazcan- como patrimonio que merece cuidarse en el mundo
entero, aún más de lo que Brasil merece la Amazonia.
Cuando los
dirigentes traten a los niños pobres del mundo como un patrimonio de la
humanidad, ellos no dejarán que trabajen cuando deberían estudiar, que
mueran cuando deberían vivir.
Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo. Pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia siga siendo nuestra. ¡Sólo nuestra!"
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